jueves, 7 de agosto de 2014

DE GRANDAS AL ACEBO

27 de julio de 2014.
Lo que debería ser una etapa la hemos dividido en dos. El primer día desde Grandas de Salime al Acebo y el segundo día desde el Acebo hasta Fosagrada. Así veremos como anda de fuerzas el peque.
El día anterior dejamos un coche en el Acebo, así al terminar la etapa volvemos a casa en un momento y sin depender de nadie.
Nos levantamos temprano, el día promete ser caluroso... Desayunamos, preparamos algún tentenpie para el camino y nos ponemos en marcha.




 
 
 Habían transcurrido casi 1 km desde que salimos de casa y se me encendió una bombilla en la cabezota. ¿Mónica llevas dinero?- Pregunté. No, respondió. Conclusión ellos siguieron avanzando y yo retrocedí sobre mis pasos hasta casa para coger el dinero, sino como me voy a tomar una cervecita cuando lleguemos....
Caminando hacia casa me encontré con un polaco con las dos rodillas vendadas que iba el hombre bastante escacharrado... parecía un zombie.
Llegue a casa , tomé la cartera y salí a la caza y captura de mi familia que ya me debían sacar una ventaja de unos 2 km.
Ascendí a paso ligero, pasé la fabrica de quesos de los Oscos, Cerexeira donde adelante al polaco y poco antes de llegar a Castro alcancé a Mónica y a Nel.
Nos detuvimos en el albergue de Castro a sellar la credencial ( las de ellos, yo sigo sin ella) y tomar un refrigerio. Salimos del albergue y estaba llegando el polaco, parecía que se iba a desmoronar en cualquier momento.
Pasando Malneira nos detuvimos en la capilla a charlar con una pareja de murcianos a los que había invitado a tomar un culín de sidra el día anterior. Cuando nos despedimos apareció como no, el zombie polaco.
Poco a poco llegamos próximos a la subida del Acebo, Mónica y yo nos detuvimos a recuperar fuerzas, Nel no se detuvo, teníamos miedo por él y casi no podemos seguirle el paso. Con el bocadillo a medio tomar arranqué por que esté es capaz de perderse y la liamos...Di con él una vez cruzada la carretera en un cruce en el que estaba indeciso, menos mal que esperó. Para el próximo día le doy un móvil para por si acaso.
 
Subimos a los éolicos y en la bajada ya comenzamos a ver el coche y el bar. Prueba superada. Mónica no tradó en llegar. Descansamos, un poco y antes de subirnos al coche apareció el polaco. Mónica se ofreció a que yo lo llevase con el coche a Fonsagrada, no paraba de decir thank you, thank you. El caso es que se ahorro media etapa. Volví a por Mónica y estaba con los murcianos, según nos contaron lo que el polaco tenía no eran problemas de rodillas, era una resaca de mucho cuidado, la noche fue muy larga y terminó bastante perjudicado. jeje.